La aventura de ser maestro

LA AVENTURA DE SER MAESTRO

Buenas tardes compañeros del grupo 200:

La aventura de ser maestro, el título mismo nos lleva a reflexionar y creer, que sí, es una aventura total, por todo lo que implica desde los conocimientos adquiridos y necesarios para impartir alguna asignatura como el gusto con el que realizamos esta enorme tarea.
Como lo menciona en la lectura José M. Esteve, y es muy cierto, nadie nos enseña a ser maestros, tenemos que aprenderlo con la práctica, sólo así podemos ir puliendo nuestras habilidades y destrezas para enseñar o guiar a los estudiantes y como todo proceso, podemos llegar a cometer errores y es normal, ya que esto mismo nos llevará con el tiempo a mejorar nuestra práctica docente.
Dentro de la escuela no sólo se habla de conocimientos, también interviene el lado humano, las relaciones que tenemos con nuestros estudiantes que en ocasiones suelen ir más allá del salón de clase y nos permite formar lazos importantes con ellos y que de una u otra forma nos permitiran conocer más de cerca a aquellas personitas con las que trabajamos todos los días, observando valores, inquietudes, limitaciones y conociendo en general el mundo que los rodea y ayundandolos a entenderse; este último sería un logro más para nosotros, tal como lo menciona el Profesor José M. Esteve, siendo maestros de humanidad.
La identidad, la preparación y la motivación que podemos despertar en ellos, van muy de la mano para poder alcanzar las metas propuestas y lograr de nuestra práctica docente un terreno donde nos movamos como pez en el agua.
Nos ponemos mucho objetivos cuando inicia un semestre, que nos ayuda a tener claro lo que vamos a trabajar, solo necesitamos buscar los mejores recursos para aplicarlo y tomar en cuenta el nivel de los estudiantes, ya que conociendo sus capacidades, sabremos que tanto poder exigirles y de esta forma ayudarles a entender su entorno y lograr que sean competentes.
Aceptemos con humanidad esta enorme labor y enriquezcámonos con nuestra práctica.
Les envio a todos un caluroso abrazo
Profra. Nadia Patricia Peña Gil